Mientras que hoy en día la mayor parte de los grandes juegos de las consolas corresponden a sagas nacidas y consagradas en estos sistemas, en otros tiempos los títulos basados en licencias corrían mejor suerte. De este modo, personajes de películas y dibujos animados eran capaces de competir en cierta medida con la popularidad de aquellos que habían surgido directamente de los videojuegos.
Con el paso del tiempo, la tendencia hacia la acción y el realismo, así como la proliferación y la decreciente calidad de muchos de los juegos basados en personajes de fuera de los videojuegos hizo que pronto se perdiera interés en ellos. Hoy en día, sólo determinadas licencias como Batman, con su propia línea argumental al margen de las películas o casos como Kingdom Hearts y Epic Mickey se pueden considerar como excepciones en un mercado que en líneas generales deja en un segundo plano los títulos basados en licencias. Los que más han sufrido esta tendencia han sido los de dibujos animados, cada vez de menor calidad y más orientados en exclusiva al público infantil.
Sin embargo, hacia finales de la generación de los 8 bits y sobretodo durante los años en que Super Nintendo y Megadrive estuvieron a pleno rendimiento, la mentalidad de los jugadores no era tan cerrada ante este tipo de títulos. Nada que ver con el jugador "hardcore" actual, para el que sería impensable estar esperando noticias del próximo juego de Frozen o "Bob Esponja.
En los 80 y principios de los 90, personajes como Bugs Bunny o Mickey Mouse eran capaces de dar guerra a consagradas mascotas como Mario o Sonic y las compañías se esforzaban por ofrecer verdadera calidad en muchos de sus juegos y no sólo aprovechar el nombre, pese a que la mayoría recurría al típico juego de plataformas 2D de la época.
Algunos de estos títulos, incluso podían ser capaces de decantar la balanza a favor de una consola u otra, o de demostrar las cualidades o deficiencias técnicas de los sistemas de por aquel entonces, como si de un actual Gears of War Vs. Uncharted se tratara.
Por ello hoy queremos hacer un breve homenaje a todas esas sagas de dibujos animados que llegaron a hacerse un hueco en el mercado del videojuego en dicha etapa:
El universo Warner:
A diferencia de hoy en día, Warner Bros. no tenía a principios de los 90 una rama de la compañía tan definida y exitosa dedicada al mundo del videojuego, por lo que era muy habitual verla recurrir a estudios externos como Sunsoft o Konami para llevar sus franquicias a las consolas de aquel entonces.
Pese a que la calidad de muchos de sus títulos es bastante discutible, lo cierto es que prácticamente la mayor parte del elenco de los Looney Tunes llegó a tener su propio videojuego ya fuera en conjunto o en solitario. Como era de esperar, uno de los personajes más recurrentes fue Bugs Bunny, que llegó a contar con su saga titulada Crazy Castle. El conejo más famoso del mundo también fue pionero en Mega Drive con Bugs Bunny: Double Trouble al adentrarse en el mundo de los 3D prerenderizados, tecnología que llevaría al estrellato a la saga Donkey Kong Country.
De los clásicos personajes de la Warner tampoco se quedaron atrás el Pato Lucas (Duffy Duck In Hollywood entre los más destacados) o el demonio de Taz-Mania y su propia saga, así como los títulos más puntuales de personajes como Speedy Gonzalez, Sylvestre y Piolín o el Coyote y el Correcaminos.
Pero probablemente uno de los puntos de inflexión en cuanto a calidad en los títulos Warner llegó de la mano de Konami. La compañía japonesa se hizo con la licencia Tiny Toon, con la que desarrollaría plataformas destacados como Buster Busts Loose o la saga deportiva Wacky Sports que permitía participar a hasta cuatro jugadores.
Konami no sólo se conformó con desarrollar títulos notables con estos populares personajes en los 16 bits, sino que también fue capaz de llevar toda la diversión a Game Boy con la saga Tiny Toon Adventures en la que se combinaban a la perfección las plataformas 2D con minijuegos.
Entre los últimos títulos que la compañía desarrollaría utilizando personajes de la Warner nos encontramos con Animaniacs para Mega Drive y Super Nintendo, otro divertido título de plataformas que acabaría cerrando un ciclo para la compañía ante la llegada de los nuevos sistemas de 32 bits.
El universo Disney:
Disney llegó a desarrollar durante principios de los 90 un amplio catálogo de juegos que se colocaron entre los más apreciados de los sistemas de la época. Tanto a través de Disney Interactive como de estudios externos como Capcom, la compañía consiguió trasladarnos a los universos de sus personajes y películas, abusando eso sí una vez más del género de las plataformas 2D.
Entre los personajes clásicos de Disney, Mickey y Donald han sido de los más prolíficos en cuanto a videojuegos, pero desde luego no han sido los únicos. Con Chip y Chop, Patoaventuras (que cuenta con un reciente remake) o El Pato Darkwing en la etapa NES, ya la compañía apuntaba hacia una división de videojuegos que se convertiría en todo un éxito en los años posteriores.
Mickey tuvo gran protagonismo durante casi gran parte de los 80 y 90 con la saga Mickey Mania, pero donde más destacó fue en las consolas de Sega con la saga "Illusion", que alcanzaría su mejor momento en Mega Drive. Castle of Illusion es probablemente el mayor referente de la serie y uno de los más recordados, puesto que ha llegado a contar con una reciente reedición en Xbox Live y PS Network. Pero los usuarios también pudieron disfrutar de Land of Illusion y World of Illusion, este último en compañía del pato Donald.
Donald también fue otro de los grandes valores de Disney en el campo de los videojuegos. Mientras que Mega Drive se llevó en exclusiva el divertido Quackshot en el que el popular pato se enfundaba en la piel de una especie de Indiana Jones, en Super Nintendo, Mega Drive y Game Boy Donald se enfundó el traje de ninja en el también aclamado Maui Mallard.
Pero Disney no es sólo personajes clásicos muy queridos sino que también es recordada por sus excelentes películas de animación. Desde las destacadas animaciones de Aladdin en SNES y Mega Drive, al calificado como "joya de la corona" por la prensa de la época, El Rey León, la compañía logró llevar a nuestras casas toda la emoción de estos clásicos del cine. Y no se detendría ahí, puesto que años después Toy Story supondría un nuevo techo gráfico en ambas consolas al mostrarnos un asombroso parecido con la película 3D de Pixar.
Más allá de Warner y Disney:
No sólo de estas dos compañías se nutrieron los catálogos de las consolas de principios de los 90, sino que tampoco podemos olvidarnos de muchos dibujos animados que contaron con numerosos juegos, de entre los que destacaríamos Los Pitufos, Las Tortugas Ninja (Teenage Ninja Mutant Turtles), Los Simpsons, Beavis & Butt Head, Asterix y Obelix, Tintín, etc.
También Hanna Barbera, la otra gran compañía de dibujos animados tuvo su protagonismo, especialmente centrado en numerosos títulos de Los Picapiedra y Tom y Jerry, que quizá nunca llegaron a destacar tanto como los de sus rivales.
Por supuesto tampoco podemos olvidar los animes, un género que sí que continúa hoy en día bastante activo, especialmente en Japón, pero que con determinadas sagas como Dragon Ball, One Piece, Naruto o Digimon también consigue destacar en los mercados occidentales. En el momento en el que nos hemos centrado en este reportaje la auténtica estrella fue Dragon Ball, con sus aclamados títulos de lucha en 2D y RPG que triunfaron especialmente en la 16 bits de Nintendo de la mano de Bandai.
Y con el anime cerramos este reportaje sobre los grandes títulos de dibujos animados que nos emocionaron en los 90. Seguro que alguno nos habremos dejado asi que... podéis dejarnos vuestros comentarios con vuestros recuerdos sobre estos y otros grandes juegos.
Fuente imágenes: Game Fabrique, Tiny Toons Wikia, Gameralisis, Destructoid, JuegosClasicosPortables
Fuente imágenes: Game Fabrique, Tiny Toons Wikia, Gameralisis, Destructoid, JuegosClasicosPortables
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